A modo de epílogo

Grandes fueron mis dudas ante las preguntas de José.
Sé que no le he contestado totalmente,
aunque, creo, él advirtió la autenticidad de mis respuestas
y la precisión de las palabras empleadas en los veintisiete poemas
completando El círculos de los sueños... y acaso del insomnio.

Para componer me he valido de una licencia diferente:
La geometría.  No a la frialdad de las líneas rectas;
sí a la rotunda calidez de las curvas.
Deslumbrada por los círculos, las esferas o las espirales,
logré penetrar en los arcanos del mundo onírico:
Sitio de acopio de mis fantasías, mis ensueños.

Entrar y salir del círculo (gris/ rojo/ negro) del insomnio
fue una tarea ardua.  A veces me abrasé con las llamas
que lo rodeaban; otras, la inocencia salvó mi cuerpo.
Finalmente, abandoné mandatos, ritos adolescentes
y quemé mis naves porque había llegado el momento de la verdad:
La hora de mudar la piel, buscando alcanzar la sabiduría de la serpiente.

de Elvira Levy, Buenos Aires, Argentina
De su nuevo libro "El círculo de los sueños", presentado ayer en el Bar Lavalle por Susana Cattáneo y Estela Barrenechea.
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